El cielo de Lima y la rata viajera

En su novela El cielo de Lima, Juan Gómez Bárcena narra la historia de dos jóvenes poetas peruanos que quieren obtener un poema firmado y dedicado de su adorado Juan Ramón Jiménez. Para ello, construyen un personaje femenino que intercambia epístolas con el maestro, a fin de lograr su objetivo. Basado en una anécdota histórica, la novela recrea todo el proceso de creación de Georgina Hubner, de la que Juan Ramón en la distancia se enamoró a través de la correspondencia. Hay muchos aspectos del libro que reflexionan sobre la creación literaria, la identidad sexual, la comunicación, o la Historia de principios de siglo XX en un Perú de cambios previo a la Primera Gran Guerra.

Cada lector, sin embargo, encuentra en cada novela pasajes que le hacen descubrir aspectos insólitos de sí mismo y de la historia que leer. En varios episodios, aparece un personaje singular: una rata que viaje en el buque de linea que une América con España, en cuya bodega viajan las cartas que Juan Ramón y Georgina se intercambian. La historia de esa rata ocupa un espacio singular porque puede leerse como un relato propio dentro de todo el mosaico de la novela. Esa rata viajera parece recordarnos la singularidad de las pequeñas cosas cotidianas que forman parte de procesos humanos como es la comunicación epistolar. La carta que enviamos no es solo su punto de partida y de llegada, sino también su tránsito, los lugares por los que pasa, de mano en mano, de saca en saca, de vehículo en vehículo. Hace un siglo, además, el transporte transatlántico era lento y las cartas pasaban largas temporadas viviendo en espacios de soledad, habitados, como en este caso, de esta singular rata viajera, como se dice en la novela, «una rata semejante a tantas otras».

¿Has leído El cielo de Lima? ¿Qué fragmento específico seleccionarías para compartir con nosotros, por qué  ese fragmento precisamente y cómo se relaciona con la historia de la novela o la función de sus singulares personajes?