Espacios de terror en la ficción

«El almohadón de plumas» es un relato de terror publicado en 1917 por el uruguayo Horacio Quiroga en su libro de relatos titulado Cuentos de amor, de locura y de muerte. En él, una pareja de recién casados vive en un área solitaria de la selva pero ella comienza a enfermarse inexplicablemente. La casa en la que están parece un palacio clásico –con mármoles y columnas– y se dice que «producía una otoñal impresión de palacio encantado». El ambiente en el cuento, descrito con sencillez, favorece mucho la sensación espiritual de melancolía, frialdad, temor, soledad y misterio. Y parece que la casa, el espacio del amor, se identifica con el estado anímico de sus habitantes, los personajes protagonistas. Esto me recuerda a cómo el género de terror usa y prepara los ambientes espaciales para producir temores en sus lectores –o sus espectadores, si son películas. Los espacios tienen además un significado simbólico muy específico.

Recuerdo por ejemplo una película de terror y zombis, muy conocida en los años 60, dirigida por George A. Romero y titulada La noche de los muertos vivientes (1968). La acción se desarrolla sobre todo durante la noche en un área solitaria donde solo existe un cementerio y una casa en la colina, en la que se refugian un grupo de personas porque alrededor se han levantado los muertos y atacan a los vivos. La casa es un símbolo claro de protección frente a las amenazas exteriores, y un tiempo después se ha interpretado ese hecho como una imagen de la desastrosa y pesadillesca guerra de Estados Unidos en Vietnam. La presencia de un líder afroamericano en la película que ayuda a defender la casa y sus habitantes ha suscitado también la relación histórica con líderes de raza negra asesinados en esos años, como el de Martin Luther King, a quienes se les temía desde instancias oficiales en su lucha por la igualdad de razas. En fin, el espacio de la casa, como posible protectora de amenazas exteriores, puede llevar al público de cada momento a reflejar algunas ansiedades y conflictos del momento.

¿Qué relatos, qué películas, y qué espacios de ficción (de terror o no) que tú conoces sugerirías como espacios simbólicos? ¿qué dirías que significan para el mundo del lector o espectador? ¿y qué diferentes sensaciones –con qué palabras o qué imágenes– transmiten esos espacios un ambiente efectivo?